A pesar de tener mucha menos audiencia que Facebook o TikTok, tiene una capacidad única para marcar el debate público. ¿Qué ocurre si Musk acaba cargándose esta red social? Para muchos, Twitter hoy es algo parecido al Titanic, donde su nuevo dueño, Elon Musk, está haciendo al mismo tiempo el papel de capitán y el de iceberg. Los constantes volantazos que ha dado el magnate, además de marear a una gran parte de pasaje, han hecho que nadie tenga claro exactamente hacia dónde se dirige. La última decisión que ha pillado a pie cambiado a todo el mundo ha sido la decisión de acabar con la barra libre de tuits. Quienes paguen la suscripción a Twitter Blue podrán consumir hasta 10.000 publicaciones al día. Mientras tanto, los perfiles más mundanos tendrán que conformarse con la décima parte. Aunque la decisión fue justificada por el expolio que algunas compañías y startups están haciendo del contenido de la red social para entrenar sus inteligencias artificiales, se han desatado todo tipo de especulaciones sobre la salud financiera de la compañía y la capacidad real que tiene Musk de mantener en pie todo lo necesario sin hacer un nuevo agujero a su fortuna, que ya sufrió por la operación de compra gestionada de manera desastrosa.