Estoy leyendo “The Long Way to a Small Angry Planet” por segunda vez, y confirmando lo que sentí desde la primera lectura del libro: la construcción del universo en el que sucede la historia es una belleza.
Me explico: al ser el primer libro de una serie de ciencia ficción, la autora tiene que introducirnos a un universo desconocido, pero la genialidad de la prosa y la edición es que el libro no pasa los primeros capítulos “explicándonos” el mundo, sino que asume que el lector puede inferir cosas por sí solo, y a lo largo del libro van explicando nuevos conceptos y expandiendo más y más el universo de la historia; y mucha de esta información no es presentada en forma de exposición, y solo por ser necesaria, sino que el libro utiliza los mismos recursos narrativos de la trama para irnos familiarizando cada vez más con el mundo en el que sucede la historia. Esto, a mi parecer, es algo que muchos autores incluso veteranos no saben hacer muy bien, pero aquí está llevado de una forma excepcional.
Se siente como si despertaras un día en un universo muy diferente al que estás acostumbrado, pero que también tiene sentido de forma relativamente natural, y sobre el que puedes ir aprendiendo. Si han leído el libro, sabrán que básicamente esto es lo que le pasa a uno de los personajes, y me parece un gran acierto.
El universo del libro se siente completo y definido, sin la sensación que ocurre muchas veces de que hay una “orilla”, en donde el autor terminó su conceptualización del mundo, y más allá de ello será algo que inventará para libros futuros, en caso de ser necesario. En “The Long Way to a Small Angry Planet”, los personajes, los entornos, y la concepción del universo representado se sienten como algo completamente armado y lived in, que siempre ha estado allí, y nosotros solo estamos volteando la mirada momentáneamente, para seguir esta pequeña historia, pero donde hay muchísimo más ocurriendo al mismo tiempo.
El resto de la serie expande aún más sobre diferentes áreas y facetas de este universo (los libros son relativamente “standalone”, y no continúan la misma historia que se presenta en el libro anterior), lo cual es una forma muy interesante de explorar más partes de un universo sumamente bien armado. Lamentablemente, cada libro de la serie me ha gustado menos que el anterior: el primer libro me parece excepcional, el segundo es muy bueno; pero el tercero y el cuarto me han parecido muy olvidables.
Hay gente que los ama todos, así que dejaré que cada quien forme su propia opinión al respecto; pero la serie, y en especial los dos primeros libros, me parece algo que cualquier persona que aprecie la ficción especulativa, la prosa bellamente escrita, o el worldbuilding sumamente bien hecho, debería leer.